Una
vez hecho todo lo anterior solo nos faltaba instalar el alma del
planetario es decir, lo que da sentido y razón de ser al planetario,
el
proyector.
Los componentes necesarios para nuestro sistema full-dome son el
espejo esférico, el ordenador y el proyector.
Existe
en el mercado dos elementos como dispositivos de reflexión de las
imágenes generadas por el proyector digital para un efecto
full-dome:
Lentes ojo de pez y espejos esféricos. Los espejos esféricos son
una alternativa asequible de proyección panorámica o full-dome,
otorgando imágenes con la misma calidad que las de lentes ojo de
pez. La ventaja principal es que son más económicos y más fáciles
de construir. La desventaja es que en donde se emplaza el espejo,
sobre un borde del domo, queda un sector de sombra debido al propio
espejo. Este sector no ocupa más del 10 % de la capacidad del domo.
En sí, el espejo proyecta 170 grados aproximadamente en el interior
del domo. Esta es la opción que nosotros hemos elegido.
Reutilizando
un trozo de tablero que sobró de la fabricación de la base y una
cajonera desechada de una mesa de ordenador montamos una mesa
especial para contener a todos los elementos necesarios para la
proyección, además del panel de control. Ésta será la mesa desde
donde el planetarista controle y dirija la sesión que se esté
realizando en ese momento.
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